Antecedentes
Se piensa que México ha avanzado en el tema de inclusión, no violencia y discriminación hacia la mujer, que hemos podido disminuir notoriamente esta situación, acercándonos a los países mejor posicionados sobre equidad de género. Pero ¿esto es cierto? No más bien hemos justificado las acciones a favor de este problema diciendo que “es un problema cultural inherente a la sociedad mexicana”, dándonos por vencidos; cruzando los brazos mientras que miles de mujeres son subestimadas, acosadas, hostigadas, golpeadas, violadas e incluso asesinadas día con día, hora con hora, minuto a minuto.
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Pero esto ya lo vemos como algo normal, no nos sorprenden las noticias que son relacionadas con este tema, ya que estamos acostumbradas a ellas. Como publicaría Denise Dresser en el artículo México Machista de la Revista Proceso 2013:
“Porque es tan común. Porque es tan normal. Porque es tan “poco grave”. Pensar que las mujeres son algo –no alguien– que puede ser usado y humillado. Algo que puede ser acariciado a tientas en el Metro y golpeado en la casa. Algo que puede ser acosado en las oficinas de un jefe y no recibir sanción por ello. Algo que se lo buscó por usar la falda tan arriba y el escote tan abajo. Un objeto sin derechos esenciales que la ley no necesita proteger. Como en tiempos cavernícolas y tiempos prehispánicos y tiempos autoritarios y tiempos democráticos. Todos los tiempos son buenos para maltratar a una mujer en México. Todos los tiempos son buenos para evadir un castigo por hacerlo”.
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Para ampliar el panorama y poder
comprender la realidad de nuestro país tenemos que analizar cómo es que llegamos a la posición en la que nos encontramos actualmente.
Es casi imposible encontrar con exactitud el nacimiento del machismo y discriminación hacia la mujer, pero la teoría más realista es aquella que te dice que gracias a las grandes etapas de guerras en las que se vio vinculado el país, la mujer se empezó a ver como algo inútil, esto porque su fuerte no eran las armas y no eran eficientes a la hora de combatir. Esto tuvo como consecuencia que a la mujer se les empezó a rezagar con la visión de un género más débil, incapaz de pelear.
Otra hipótesis que se considera bastante acertada es aquella que vincula el hecho de que México haya sido (y sigue siendo) un país conquistado, las mínimas batallas ganadas por el país y el complejo de inferioridad. Esto quiere decir que gracias a nuestras constantes derrotas, el mexicano ha sentido la necesidad de demostrar lo contrario y por eso empezaron a hacer menos a las mujeres. Esta actitud se empezó a transmitir de generación en generación donde los padres de familia adoptaron una actitud de infundir respeto a través del miedo, ejemplo que observan los hijos varones, creando así un círculo vicioso. (Busto & Luna, 2012)
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Pero estos no han sido los únicos factores, por ejemplo; también las leyes discriminatorias hacia la mujer, como la división sexista de trabajo (que sigue siendo un problema importante), hizo que hasta las propias mujeres se empezaran a sentir inferiores con respecto al otro género. Otro elemento son los medios de comunicación, hablando exclusivamente de la publicidad sexista, ya que hacen notar al género femenino como un objeto y no como una persona. Y el último factor que impulsó este machismo fue la religión; la religión católica, que es con la que más seguidores mexicanos cuenta, en la antigüedad señalaba a las mujeres como la perdición, las sapuntaba y eran tomadas como segundo plano. Como sabemos esta parte es fundamental dentro de nuestra cultura y es evidente la influencia que pueda tener sobre nosotros.
Ahora sabemos las cusas por las cuales México no ha tenido un avance notorio sobre este tema, pero aunque sepamos las razones, nada es justificable y es tiempo de generar un verdadero cambio.
Fuentes consultadas:
Dresser, D. (2013). México Machista. Proceso . http://www.proceso.com.mx/?p=337350
Gabriela, B. M. (2012). Machismo en México. México. http://acmor.org.mx/cuamweb/reportescongreso/2012/Sociales/428.pdf